Leonardo DiCaprio en la memorable escena del oso "El renacido", de Alejandro González Inárritu |
Triunfo Arciniegas
PREDICCIONES
29 de febrero de 2016
No me fue tan mal con las predicciones. Acerté las tres principales, las tres que mencioné de entrada. "Espero que Alejandro González Iñárritu, Emmanuel Lubezki y Leonardo Di Caprio no se vayan con las manos vacías". Y así fue. Merecidos premios.
Me equivoqué a medias con las predicciones de mejor actriz y mejor actriz de reparto. Quería estos premios para Cate Blanchett y Rooney Mara por Carol. Razones sentimentales me dominaron. Carol es la adaptación de una novela de Patricia Highsmith, grandísima escritora y debilidad mía. Sin embargo dije: "Brie Larsson es la más dura competencia de Cate Blanchett. No sé cómo funciona la Academia: de pronto se inclina más por el dramatismo de una mujer secuestrada que por las artes de seducción de una lesbiana". Y se inclinó. Brie Larsson merece el premio, pero Cate Blanchett es una de las grandes actrices de nuestro tiempo. En cuanto a las dos películas, me repito Carol pero no La habitación.
Me alegra que no hayan premiado a Sylvester Stallone, recién estirado para la ceremonia de los Oscar y estrella de películas mediocres. Escribí que sería como darle el Nobel a Coelho. De Stallone, el primer Rocky, y pare de contar.
Acerté con Amy. Pura cuestión de suerte: no he visto los otros documentales. Tan solo estuvo en cartelera una semana en un cine de Ciudad de México. Estaba viviendo en Coyoacán en esos días y el azar nos juntó. Vi el documental con las Elias, madre e hija. Imagino que ahora volverá a las salas y por más tiempo.
Acerté con El hijo de Saúl, pero era fácil. Se trata de una obra maestra. "Pienso que El abrazo de la serpiente no tiene nada que hacer frente a El hijo de Saúl, la mejor película del 2015 en Estados Unidos y, según algunos, la mejor de la década", escribí. En Colombia se piensa con el deseo. Si el equipo de fútbol clasifica al mundial por ejemplo, ya lo dan por campeón del mundo. Echan la casa por la ventana, predicen unos marcadores tan absurdos que uno cree que el otro equipo va a jugar con los pies amarrados y todos se creen el putas. Si el gobierno conversa con la guerrilla, por ejemplo, ya nos montamos en el postconflicto (qué palabrita) y y ya somos un país próspero y feliz y ya somos hermanos de los asesinos. En Colombia se monta antes de ensillar.
Escribí que no entiendo por qué en la lista de las mejores películas figuran El puente de los espías (devuélvame mi espía y le entrego el suyo) Marte (o cómo cosechar en su propio excremento) y Brooklyn (vaya a casa, muchacha, pero no se olvide del marido). No les fue bien.
Spotligh ganó el premio de mejor película, pero me quedo con El renacido. Spotligh es una denuncia, y muy justa por cierto (la pedofilia es otra de las podredumbres de la Iglesia), una película valiente y bien contada, pero El renacido me parece absolutamente hechizante. Escribí antes que El renacido se volverá un clásico y que se verá una y otra vez en la televisión y uno la repetirá con gusto año tras año. No creo que se pueda decir lo mismo de Spotligh. Uno no acude al cine por una denuncia sino por placer, por estética, por magia.