miércoles, 2 de febrero de 2022

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Triunfo Arciniegas
SOMERSET MAUGHAM, ESCRITOR OLVIDADO
1 de febrero de 2022

William Somerset Maugham, tartamudo, pequeño y huérfano, fue uno de los escritores más populares de su época. El narrador, dramaturgo y ensayista inglés fue un hombre rico desde el comienzo de su carrera. Su primer libro se agotó en unas semanas. Su vida fue larga y prolífica.

En Maugham, los ambientes recuerdan a Stevenson y Conrad, y el estilo a Chejov y Maupassant, pero debe agregarse que ejerció influencia en Graham Green y John le Carré, Ian Fleming y George Orwell, entre otros. Maugham inaguró una prodigiosa veta en la literatura con Ashenden o el agente secreto.

Fue obscenamente rico y descaramente famoso, pero conocía su lugar: “En la primera fila de los escritores de segunda clase”. En su momento de mayor gloria, se estaban presentando en Londres cuatro obras de teatro suyas al mismo tiempo. Según un caricaturista, Shakespeare se mordía las uñas.

Pero ya todo pasó. García Márquez lo incluye en la galería de “las glorias del olvido”. Y tal vez las novelas y las obras de teatro hayan caído en un merecido olvido, pero sus cuentos aún brillan con luz propia. No son simples o elementales como algunos podrían juzgarlos en una lectura ligera. García Márquez, declarado admirador, considera que “no son más obras maestras”. Con un lenguaje preciso y directo, con la paciencia del animal que acecha en la espesura, sin prisa alguna, amparado por una sólida estructura, Maugham conduce al lector párrafo tras párrafo hasta el golpe final.

Para decirlo en pocas palabras, Somerset Maugham es uno de los maestros del cuento del siglo XX. Uno de sus temas predilectos, según señalan los críticos, “es el costo emocional que soportan los colonos por su aislamiento: descubrió los vicios, las miserias, las insatisfacciones y las cobardías del poderoso imperio británico”. Así que en sus historias agonizan tanto alcohólicos y suicidas como mujeres infieles y asesinas.

Igual que un novio intenso que llama cada rato para amenazar que dejará de llamar, se habla con demasiada insistencia de Maugham como un escritor olvidado. Y mientras no se nos olvide este olvido, todo está bien.



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