Viajero con Balthus Triunfo en Nueva York |
Triunfo Arciniegas
Balthus
5 de septiembre de 2018
Enriquecí la biografía de Balthus con cinco nuevas entradas y dejé preparadas diecisiete para Otros mundos. No todas aparecerán con la fecha de mañana, puesto que he recogido materiales que van desde 1996 hasta el presente. Esta madrugada subí las fotos que le hice a Teresa soñando en Nueva York.
Además, quedan listas dos entradas para Dragon: "The Adoration or Perversity of Childhood in Balthus’s Paintings" y "The Art of Happiness: Balthus & Sutsuko Klossowska". Y, en mi blog de fotos, otro Balthus, por supuesto, para un total de veinte entradas.
Como para mañana no tengo nada preparado de Balthus en francés, en Rimbaud subiré una frase de John Fante, el maestro de Bukowski. Tampoco tengo nada traducido al portugués en Pessoa, aunque seguiré buscando: Pablo, un artista callejero con sello propio, le hace frente con altura al asunto en las plácidas calles de Montevideo. Y en Dante, hasta el 14 de septiembre, sigo con los exquisitos poemas de amor del colombiano Darío Jaramillo Agudelo traducidos al italiano por Martha Canfield. En Kiss, el quinto y último poema de la cubanísima Carilda Oliver Labra, mujer grande, poeta mayor.
Como para mañana no tengo nada preparado de Balthus en francés, en Rimbaud subiré una frase de John Fante, el maestro de Bukowski. Tampoco tengo nada traducido al portugués en Pessoa, aunque seguiré buscando: Pablo, un artista callejero con sello propio, le hace frente con altura al asunto en las plácidas calles de Montevideo. Y en Dante, hasta el 14 de septiembre, sigo con los exquisitos poemas de amor del colombiano Darío Jaramillo Agudelo traducidos al italiano por Martha Canfield. En Kiss, el quinto y último poema de la cubanísima Carilda Oliver Labra, mujer grande, poeta mayor.
Picasso es, para mí, como para tantos otros, el pintor más grande de su siglo, el monstruo mayor. Me regocija su obra y no deja de asombrarme su vida. Tengo en mi biblioteca más de treinta títulos que intentan descifrar estos misterios. Pero Balthus es mi devoción, mi religión. El tercero de la lista, monstruo indiscutible, es Lucian Freud, y me fascinan por igual su vida y su obra. Los otros serían -pueden reemplazarse, los tres primeros no- Bacon y Hooper. Curioso, todos pertenecen a un mismo siglo. Vicente Molina Foix habla del acto religioso del dueño de un Balthus: se arrodilla cada día ante una de sus muchachitas desnudas. Yo haría lo mismo, pero me hace falta el original. Si la suerte me hubiera hecho descaradamente rico y si tuviese la oportunidad de comprar una sola pintura en el mundo, sin duda alguna, me decidiría por un Balthus.
Viajero con Teresa Nueva York, 2012 |
Una de las veinte entradas mencionadas se refiere a Teresa soñando. Una carta que acusa al MET de apoyar el voyerismo y la cosificación de los niños, firmada por 8700 personas, solicitó el retiro de la obra. El museo, por supuesto, se negó. ¿A dónde iríamos a parar entonces con tales razonamientos "políticamente correctos"? Para estas personas, seguramente, Balthus no es nada más que un pervertido.
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